Destruye mi alma.
Elimina mi imagen.
Borra los rastros de mis pisadas.
Aleja tu cuerpo errante de mis ojos marchitos.
Calcina mi corazón con el recuerdo tuyo.
La razón no manda al ser que navega solo en su mar de pasión.
La sangre fluye cual río sin cause para encontrar la unión.
Las apariencias son falsas imágenes del ser.
El ser real es aquel que esperas encontrar.
Engaña a tus ojos, miéntele a tu conciencia, escapa a tus vivencias.
Y cierra la puerta al amor.
Y cierra los ojos ante la verdad.
Y convierte tu pena en alegría.
Y convierte tu vida en agonía.
Y olvida el rostro de la indiferencia.
Concentra tu espíritu en la existencia.
Sonríe falsamente ante los demonios que habitan en el espacio
social del mundo de las tinieblas.
Desarrolla un bloqueo para el veneno del hombre que se come al
animal herido por la flecha del cazador sin alma.
Y resiste ente el círculo maldito que se repite como el
castigo eterno de Prometeo que devora las entrañas del
pecador para ser renovadas y devoradas, renovadas y devoradas
una y otra vez hasta que la eternidad se haga Apocalipsis.
Cómo te saco de mi cabeza, cómo te borro de mi piel,
cómo te olvido y te sepulto en mi inconsciencia,
cómo acepto la verdad, aquella que no quiero ver
aquella no puedo aceptar.
En el cielo quién me vé, en el aire quién me siente,
quién me guarda en el alma.
En el mundo de la realidad dónde estas, quién toca tu piel,
quién recibe el calor de tu cuerpo...
qué es lo que siento...
(respira, respira)
(resiste, resiste)
(espera, espera)
y deja de pensar, deja de soñar.
Y, comienza a ver la maldita verdad.
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