martes, 9 de octubre de 2007

VENUS Y EROS


No he tenido las palabras para escribir de ti versos.
No he tenido la inspiración para dedicarte una canción.
No he sentido tu cuerpo caliente junto al frío aire del
mar que se siente en el cuerpo cuando esta de frente
al infinito.
He pensado en olvidar aquella piel que llena de palabras
mis sentidos, que convierte en letras los latidos, que llena
de angustia a un amor no correspondido.
He pensando en odiar, como se odia cuando no se es entendido.
He pensado en desear, como cuando se desea lo perdido.
Pero recordar tus ojos llena de luz mi alma.
Pero recordar tu risa hace enaltecer mi
corazón de carne viva.
Pero desear tus cabellos sobre mi cuerpo
me hace explotar en una dulce y cálida alegría.
Eros eres ante mis ojos, Eros el dios que se ciñe
ante mi cuanto veo tu cuerpo desnudo y tu ojos
penetran en los míos para caer en un
dulce beso, lleno de deseo y de lujuria al sentir
el roce de tus dedos.
Atenea la musa que al pintor inspira, es la diosa
de la sabiduría, y qué sabiduría encierra un corazón
que clama sólo por ser roto con la maldad de tu
idolatría, qué sabiduría es aquella de un corazón que
no ve en nadie, ni siente en otro lo que ve cuanto
tu me llenas de alegría.
Venus es mi cuerpo que es una ofrenda para ti que
eres como un ángel con alma de acero.
Venus es mi sexo que está para cuando tú lo quieras.
Venus y misericordia soy yo que me entrego sin lamentos.
Venus es lujuria y Eros es su deseo, ambos penetrados
por la paridad del sexo. Ambos unidos por la irracionalidad
que encierra un amor que no es más que deseo.
Un amor que no quiere ser sólo parte de tu cuerpo,
pero que muere por ser un estado de un corazón de acero.
Porque en la negación del deseo se pierde la vida.
Porque en la aceptación del sometimiento es cuando más siento.
Porque he sido daga, he sido juez, he sido demonio
y mercenario de otros, que de mi se han envuelto,
que en mi han querido ver el cielo, aquel cielo que yo
te ofrezco aquella luna que clamo por hacer tuya.
Tan tuya como el sol que alumbra cada día te daría, como daría todo el océano para bañar tu cuerpo,
como daría todos los bosques para alimentar a tu ego,
como daría mi vida si para ti eso significara ver más allá del firmamento.
Como se da todo lo que para nadie más esta reservado, porque querer a alguien más no puedo.