jueves, 28 de diciembre de 2006

El Elevador

Un elevador.
Dos personas.
(Tú y yo)
Tú me miras,
y yo no te miro.
Yo te miro y tú no me miras.
Pero ambos sabemos
que lo estamos haciendo.
Sabemos que si nuestros ojos se cruzan
y tienen un mismo punto de encuentro,
todo cambiaría.
(los números descienden, los números,
los números)
Y si así fuera y si nos miramos y todo
cambiara....
¿Es lo que quiero, es lo que quieres?
¿Lo sabes realmente?
Creo que no, creo que ni yo lo sé , ni tu lo sabes.
La curiosidad no es más fuerte que el respeto
por el recuerdo, el recuerdo sano, limpio, puro,
distante y ajeno.
(los números, los números)
Queda poco, no nos queda tiempo
sin embargo, decido ( y tu también) que mi
mirada gire en otra dirección; no quiero
ser yo quien destruya el recuerdo
(quizá lo haga igual)
Y así sin más los números, ya no son números
sino que son el símbolo del fin, del término, del
ocaso.
Las puertas se abren y salen dos personas, que
fueron una, pero que ahora sólo son dos errantes
tú y yo....
El elevador vuelve a subir....y yo sigo bajando.

lunes, 25 de diciembre de 2006

Incoherencia Explicativa

No se si alguien lea esto, no se si me importa que alguien lo haga.
Sólo se que escribir siempre fue y es para mí la mejor forma de
liberar a mi extraña cabeza de aquellos pensamientos que me
atormentan, que me confunden, que me dan miedo, o que
simplemente me molestan.
En algún minuto de mi vida dejé de lado esta forma y vía de escape
para el torrente de emociones que vuelan y chocan dentro de mí y
que a ratos hacen de mi existencia una lucha constante.
En este espacio virtual, frío y vulnerable no pretendo escribir
historias, ni poesía, de hecho no tengo
ni idea de como se hace eso.
Sólo se que quiero expresar a través de palabras
lo que tengo en mi cabeza en el minuto en que
me enfrento a esta pantalla que a ratos es mi espejo y
mi salida al exterior.


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¿QUIÉN ERES?

Un espejo frente a ti refleja tu interior
y toma la forma de una figura que no conoces,
la figura tiene una
forma que no es lo que esperas,
no tiene la luz que quieres,
no tiene la esperanza que buscas,
no esboza la sonrisa que deseas,
no tiene la mirada que solía tener
(¿la tuvo alguna vez?).
Aun así, buscas algo que sea familiar en aquella figura sin forma que se presenta frente a tus ojos, sabes que dentro o fuera de eso que
ves y que te atormenta hay algo
que se relaciona contigo,
con tu verdadero ser, (pero, ¿quién eres tú?).
Cuál es tu necesidad, cuál es tu deseo, qué buscas...
En el fondo de tu corazón lo sabes,
sabes que es lo que necesitas,
sabes que es lo que quieres para que la figura deforme
que se presenta frente a tu espejo
se convierta en aquel reflejo familiar que solía tener.
Dejaste que lo dulce y lo amargo tuvieran el mismo sabor,
y ahora no sabes como recuperar la estabilidad de los sentidos
y eso era parte de tu escudo ante los miedos que
tienes ocultos en el corazón, porque en el fondo
eres un ser temeroso que se oculta tras formas extrañas
para no mostrar tu verdadera figura,
porque tienes miedo a ser herida, pero te hieres tu
misma al no ser auténtica,
al preferir reflejar algo que no es lo que eres
porque en el fondo eres sensible
como la más pequeña de las criaturas
y no soportas ser débil,
pero esa misma lucha hace que te conviertas en un
ser sin esperanzas, por miedo a ser la mujer sensible
que siempre fuiste en realidad.


"Si tu intención es describir la verdad,
hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre."
(Albert Einstein)