TORMENTA

Me soñé de blanco. Caminaba por la industria hecha
en base a la corrupción que nos envuelve y nos consume.
Me soñé de blanco y caminaba hacia tí, pero quién eras tú.
Me soñé de blanco y sentí en mi vientre florecer la luz.
Me soñé de blanco y me soñé pura, limpia y bella.
Me soñé de blanco, hasta que un oscuro color cubrió mi ropa
y la hizo estar corrupta, me soñé de blanco, pero ya no era
blanco lo que mis ojos veían.
Me soñé de blanco y la semilla en mi limpió mis oscuros ropajes
que se difuminaban al ritmo del latido del corazón en mi interior.
Me soñé de blanco, pero quién era. No era yo. Aunque estaba de blanco.
Te soñé de blanco y tus pelos se movían con el viento que recorría tu rostro;
tu rostro de marfil, duro, plasmado, sin emociones.
Te soñé de blanco, porque es lo que me gusta hacer soñarte hasta que te fundas
en el más profundo olvido de mi inconsciente.
Te soñé de blando y te hable, y te hable con otros.
Te soñé de blanco, pero no eres tú. Te soñé de blanco, pero tu rostro era un rostro extraño, y como te soñé de blanco supe que no me engañaban mis ojos porque en tu mirada te descubrí disfrazado.
Te soñé de blanco y no me hablaste, te soñé de blanco y me ignoraste. Pero se que dentro del profundo océano en el que nada tu inconsciente, sabes que es lo que debes hacer. Por eso si te sueño de blanco, no te odio, si te sueño de blanco te protejo, si te sueño de blanco te quiero. Porque en mi sueño es un niño al que veo.
Nos soñé de blanco y la danza se hizo fuerte, nos soñé de blanco y el ruido era tormentoso, nos soñé de blanco en la más hermosa de las utopías, nos soñé de blanco y vi como reías.
Nos soñé de blanco y nuestros caminos se perdían, nos soñé de blanco porque quiero que busques, que vivas que sientas.
Nos soñé de blanco y solté la paloma y la paloma era blanca, blanca como la alegría.
Y lo vi todo claro, y la herida me desgarraba, lo vi todo claro y la alegría me inundaba, lo vi todo claro mientras el corazón se me desangraba, lo vi todo blanco y te dejo para que la estrella luminosa guié tu camino.
Y aunque el andar del ser errante, del ser que busca, del ser que espera es distinto al camino del animal que mira. Yo espero que el andar guíe tus pasos hacia donde buscan llegar, para que una vez ahí. Sepas que es lo que vas a dejar.
Y mientras yo me sueño de blanco, camino de blanco y siento como inhalo la claridad que abre mis ojos, por la purificación del alma del ser mendigo, del ser único de la realidad que me convierte en un blanco del desconsuelo y así vuelvo a recuperar el camino.
Deja que el viento purifique tu alma, deja que el cielo guarde tu espada y que el mar bañe tu esperanza. Mueve tu pelo al viento abre tus ojos al cielo….
y dime, dime si te encuentro.